Había una vez, en una colmena, una abeja que andaba todo el día volando de flor en flor para tomar néctar de las flores y convertirla en miel.
Un buen día, mi padre me propuso dar un paseopor el río. Justo en ese momento íbamos cerca del panal y cuando nos íbamos la abeja obrera salió a saludarnos, pero ¡me picó! Llamó a todas sus amigas y nos cosieron a picotazos, entonces gritamos: ¡Auxilio, auxilio! ¡Ayuda, por favor!
De pronto me hinché como un globo, pero al día siguiente me desinflé.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Elvira
No hay comentarios:
Publicar un comentario