Mamá cabra tenía siete cabritillos. Se fue a comprar y los dejó solos. Llegó el lobo y tocó a la puerta; los cabritillos le dijeron que asomara la patita y vieron que era el lobo. Más tarde llegó el lobo, que se había pintado las patas y los cabritillos le abrieron la puerta y se los comió a todos.
Silvia
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