Érase una vez un niño que tenía muchos chicles. Cada día se tomaba un chicle, cuando hacía pompas el chiclese le pegaba en la nariz. Al siguiente día, su mamá le dijo: -Paulo, no comas más chicles que se te pegan en la nariz y estás muy feo.
Al día siguiente Paulo dijo: -Respuesta equivocada.
Estrella
No hay comentarios:
Publicar un comentario