Érase una vez un niño al que se le movía un diente, su padre le decía que no pasaba nada, que los dientes se tienen que caer para que salgan otros.
Pero al niño le daba miedo porque creía que dolía mucho y que se le iban a caer todos los dientes y se iba a quedar sin ninguno y no podría comer. Así que su papá lo convenció y le demostró que eso no era así. Entonces le tiró un poco del diente y se le cayó. No pasó nada.
Javi
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