Érase una vez una niña que se llamaba Alejandra y celebró su cumpleaños el veintisiete de marzo, e invitó a sus amigos favoritos que jugaban con ella. Cuando su cumple llegó se lo pasaron bomba y no paraban de reír. Las mamás y los papás hablaban. Su casa era tan bonita que todos se volvían locos por entrar.
Claudia
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