Había una vez un jardinero que cuidaba muy bien su jardín donde tenía muchos árboles. Un día pasó por ahí un zorro con mucha hambre y vio las frutas en los árboles pero no podía entrar al jardín porque el muro era muy alto, pero al final entró por un agujero que había en el muro. Empezó a comer las frutas hasta que se hinchó, pero al salir por el agujero no podía pasar y luego vino el jardinero y le pilló.
Mostafá
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